sábado, 27 de diciembre de 2008

Caleidoscopio

Desde niño he sentido fascinación por las imágenes de los caleidoscopios. Mi abuelo nos los fabricaba a mis tios y a mí con trozos de cristales rotos de diferentes colores. Al hacerme mayor consideré estos juegos como demasiado infantiles y aburridos. Pero ahora me han vuelto a hipnotizar por varias razones. La primera es el hecho de que logran generar formas semejantes a tantas y tantas estructuras naturales tales como los cristales de hielo, las flores, ciertas formas de moluscos, estructuras moleculares y un larguísimo etcétera. La segunda es el hecho de que las imágenes caleidoscópicas nunca pueden repetirse. Todas ellas surgen del movimiento (o del fluir si contienen líquido) de las cuentas de colores en su interior y de su reflejo multiplicado por los espejos. Dicho movimiento hace que la posición de las cuentas de colores nunca vuelva a ser la misma. Al mirar dentro de un caleidoscopio somos testigos de un hecho único e irrepetible. Colocamos nuestra mirada frente a una estructura que jamás volverá a existir exactamente en la misma forma. Es justo lo que ocurre con los cristales de hielo. Son algo así como una armonía geométrica basada en el hexágono que genera formas únicas. Esta fascinación por la imagen fugaz que en su mutar mantiene una estructura de gran belleza me está sirviendo de inspiración últimamente en la creación de ciertas obras artísticas que intentan moldear estos conceptos. A continuación os muestro un vídeo de uno de mis últimos trabajos, basado precisamente en lo cambiante y en lo que permanece.



Como podéis ver el disco que se mueve al fondo gira de forma constante pero las luces que deja traslucir se van transformando, gracias a la utilización de luces led RGB, que permiten generar cambios de color. Quiero que sepáis que es un boceto y que próximamente os mostraré otros trabajos más acabados y complejos.

No hay comentarios: