lunes, 2 de noviembre de 2020

Colaboraciones...

A finales del verano pasado, mi amigo Jorge Amat y sus colegas del estudio Theroom1.0, me hicieron una encerrona de la que no pude (ni quise salir). Me proponían colaborar con ellos en un evento público con el que querían simbolizar el cambio de su antiguo y experimentado estudio de diseño a una nueva imagen más renovada y acorde con los tiempos actuales, incluyendo un cambio en su marca que ahora se llama CREMA(https://cremastudio.com/). 

Pasaban de ser un estudio de diseño del estilo de otros en la ciudad de Málaga, a dar el salto internacional a servicios digitales de gran valor añadido (aplicaciones, webs, creativelab, marketing online, instalaciones interactivas...). La palabra que querían usar para significar ese cambio era TRANSMUTACIÓN. Así que me puse manos a la obra para hacer algo en mi línea de trabajo y que pudiera encajar en el concepto que me proponían. Empecé haciendo una lámpara de LEDs basada en los poliedros regulares. Siempre intentando hacer uso de materiales encontrados, construí una lámpara con forma de icosaedro que hace uso de tubos de PVC, maderas, plásticos con vinilo tipo espejo, piezas impresas en 3D, Arduino y tiras LED WS2812B. 





La estructura luminosa podía interactuar con el sonido gracias a un micrófono MEM. Una vez hecha la lámpara pensé que la pieza, así tal cual, pedía ser ella misma la que creara los sonidos. Así que me puse en contacto con Juanlu Montoro(@juanlu_montoro), con el que había colaborado en un proyecto anterior, y le comenté mi idea. Su reacción fue fantástica. Inmediatemente se ilusionó con el proyecto y empezamos a trabajar juntos. Pensamos en utilizar varios sensores de distancia ultrasónicos HC-SR04 para que el espectador pudiera crear sonoridad jugando con su cercanía a la escultura. 







También hicimos uso de dos placas fotovoltaicas para recoger señales luminosas de la propia lámpara que pudieran, a su vez, interferir con la música de la pieza en un juego de retroalimentación muy peculiar. Para ello construí unos joysticks especiales con su propio pie, a modo de trípode de micrófono, haciendo uso de la impresora 3D. En el interior de la base con forma de dodecaedro colocamos un ordenador y un QUAD para conectar lo sensores lumínicos. El ordenador recibía las señales a través de una placa arduino que controlaba los sensores de ultrasonidos y mediante un patch de Max/MSP y de Ableton Live convertían la información en sonoridad. Abajo se puede ver un vídeo del proceso.



El resultado, después de varios meses de trabajo duro y de ir cambiando el proyecto de acuerdo a lo que su desarrollo iba pidiendo, fue una escultura luminosa/sonora interactiva que decidí titular KALEIDOVIRUS (inspirado en la forma de los virus bacteriófagos). La idea es que este virus artístico haga desaparecer, al menos por unos instantes, el mal rollo y la angustia de los tiempos que estamos pasando, fagocitando las malas vibraciones y ofreciendo al espectador un buen rato de estímulos luminosos y sonoros.


Aquí tenéis algunas fotos y el vídeo del resultado final: